El trastorno afectivo estacional es un tipo de depresión que se manifiesta en ciertas épocas del año, especialmente en otoño e invierno. Si quieres saber más sobre él y descubrir en qué se diferencia de la depresión, te animamos a leer este artículo que cuenta con la colaboración de Verónica Olmo, médica de familia y coordinadora del Grupo de Trabajo de Salud Mental de SEMERGEN
“El trastorno afectivo estacional es un tipo de depresión que ocurre en ciertas épocas del año, predominantemente en otoño e invierno y se debe a la menor cantidad de luz solar”, explica la Dra. Olmo. En raras ocasiones, algunas personas muestran un patrón opuesto y sus síntomas comienzan en verano o primavera, señalan desde la Clínica Mayo[1].
A pesar de que la depresión y el trastorno afectivo estacional (TAE) comparten síntomas como tristeza, falta de energía, cambios en el sueño y apetito, y dificultades de concentración y atención, “parece que la principal diferencia radica en la temporalidad de los síntomas. El trastorno afectivo estacional se presenta en épocas concretas del año, comúnmente en otoño e invierno, y tiende a desaparecer en primavera y verano. Otra diferencia es que el trastorno afectivo estacional suele estar relacionado con cambios en la luz solar y puede mejorar con la exposición a más luz. Por tanto, la duración y el patrón de los episodios son lo que realmente los distingue”, matiza esta especialista.
¿Por qué se produce el trastorno afectivo estacional?
Aunque se desconocen las causas exactas, “se cree que la disminución de luz solar puede afectar a nuestro reloj biológico, lo que, a su vez, puede influir en la producción de neurotransmisores como la melatonina y serotonina en el cerebro, afectando a nuestro estado de ánimo, pues estas sustancias son cruciales para regular el estado de ánimo y el sueño”, afirma la Dra. Olmo.
Además, algunas personas pueden ser más susceptibles a estos cambios estacionales debido a factores:
- genéticos
- hormonales
- psicológicos
También se ha observado que el trastorno afectivo estacional es más prevalente en áreas geográficas donde los inviernos son largos y oscuros.
Perfiles de población más afectados por el TAE
El trastorno afectivo estacional suele afectar, mayoritariamente a ciertos perfiles de población. Algunas de las características más comunes son, tal y como detalla la coordinadora del Grupo de Trabajo de Salud Mental de SEMERGEN, estas:
- Edad: es más frecuente en adultos jóvenes y de mediana edad, aunque puede presentarse en cualquier grupo etario. De hecho, la mayor frecuencia se observa en las personas de entre 20 y 40 años[2].
- Género: las mujeres presentan este tipo de trastorno con más frecuencia que el hombre, en una proporción que puede ser de hasta 4 mujeres frente a 1 hombre.
- Ubicación geográfica: las personas que viven en latitudes más altas, donde hay menos luz solar durante el invierno, tiene mayor riesgo de desarrollarlo.
- Historia familiar: cuando existen antecedentes familiares de trastornos afectivos o depresión puede existir mayor predisposición a experimentarlo.
- Otros trastornos mentales: las personas que ya sufren depresión o trastorno bipolar pueden experimentar un empeoramiento de sus síntomas durante los meses más oscuros del año.
- Estilo de vida: la falta de actividad física y la reducción de tiempo al aire libre también pueden contribuir al desarrollo del trastorno afectivo estacional.
- Estrés: situaciones estresantes o cambios significativos pueden aumentar la vulnerabilidad al trastorno afectivo estacional.
¿Cómo se trata el trastorno afectivo estacional?
Si bien el tratamiento puede variar según la gravedad de los síntomas y las necesidades individuales, la Dra. Olmo considera que entre los más comunes se encuentran:
- Terapia de luz (fototerapia): esta es una de las formas más efectivas del tratamiento. Consiste en exponerse a una caja de luz especial que imita la luz natural del sol, lo que puede ayudar a regular el ciclo circadiano y mejorar el estado de ánimo.
- Terapia cognitivo-conductual: puede ser útil para cambiar patrones de pensamiento negativo y desarrollar estrategias para lidiar con el estrés y las emociones.
- Medicamentos: en algunos casos, los antidepresivos pueden ser utilizados para ayudar a aliviar los síntomas del trastorno, especialmente si son severos o persistentes.
- Ejercicio: la actividad física regular puede ser un gran alivio para mejorar el estado de ánimo y reducir los síntomas de depresión.
- Cambios en el estilo de vida: mantener una rutina regular, fomentar la socialización y pasar tiempo al aire libre durante las horas de luz puede ser muy útil.
Ahora que nos internamos en los meses con menos luz solar del año en países como España, es vital ser conscientes de los cambios en el estado de ánimo que pueden producirse, con el fin de buscar ayuda profesional si llega a ser necesario, como sucede si la vida diaria se ve afectada de forma prolongada en el tiempo. #DeLaDepresiónSeSale.
[1] Trastorno afectivo estacional: https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/seasonal-affective-disorder/symptoms-causes/syc-20364651
[2] Manual MSD, versión para público general: https://www.msdmanuals.com/es/hogar/news/editorial/2023/03/21/19/24/seasonal-affective-disorder?ruleredirectid=756
Referencias
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